Es una institución de la Iglesia Católica especializada en Microcrédito Rural, que ha logrado establecer un programa dinámico de microcrédito en el área rural del país, tiene el potencial para atender los requerimientos de crédito de un número importante de microempresarios y pequeños productores de bajos ingresos. FONDESOL , fue constituida en el año 2004, a partir de la fusión de diversos programas de microcrédito de la Iglesia Católica en Guatemala (ICG). La visión de ICG es crear una entidad financiera que tenga presencia a nivel nacional y que trabaje con los segmentos de la población de menores ingresos.
FONDESOL ofrece créditos con pequeños montos a microempresarios y pequeños productores ubicados en áreas rurales a través de 23 agencias, brindando servicios financieros a más de 72,000 mujeres y hombres, especialmente indígenas del área rural que viven bajo condiciones de pobreza, con una metodología de atención que le ha permitido extender sus operaciones en forma ascendente, facilitando el acceso a crédito a clientes rurales (mujeres en su mayoría) de diversas comunidades a través de tres productos financieros Banco Comunal, Grupo Solidario y Crédito Individual.
Hacer que el microempresario sea protagonista de su propio desarrollo, facilitándole el acceso a servicios financieros de calidad.
Ser una Institución de Microfinanzas autosostenible, que ofrece servicios de calidad de manera solidaria a sectores microempresariales urbanos y rurales.
Dignidad: Se basa en el reconocimiento de la persona de ser merecedora de respeto.
Respeto: Se le puede definir como la base del sustento de la moral y la ética.
Integridad: Demuestra honestidad en comportamiento y acciones.
Honestidad: Garantiza confianza, seguridad, respaldo, confidencia.
Honradez: Rectitud, integridad al actuar, respeto por las normas que se consideran adecuadas.
Opción por los pobres: Dentro de nuestra sociedad existen personas con mayor necesidad económica y con poco acceso al financiamiento, por lo que FONDESOL dedica sus acciones a la atención de estas personas.
Dignidad e igualdad de la persona: El dar acceso al financiamiento rural, dignifica a las personas sin importar su raza, edad, género, ni religión, basándose en los derechos de las personas.
Comunidad: Las comunidades son el centro de las relaciones en las que FONDESOL promociona sus productos crediticios, para que todas las personas tengan acceso al mismo, de acuerdo a sus capacidades y necesidades.
Derechos y responsabilidades: En los “derechos económicos”, FONDESOL radica su trabajo como entidad financiera responsable, que permita a los pobres desarrollarse económicamente dentro de sus poblaciones.
El bien común: Se protege el bien común cuando se preservan y se promueven los derechos de las personas y, FONDESOL pretende que este bien común se traslade dentro de las familias que se benefician de los servicios de la Institución y el impacto dentro de sus comunidades rurales.
Solidaridad: FONDESOL se solidariza con las personas en las comunidades, dando acceso al financiamiento de sus actividades económicas.
Uso adecuado de los recursos: El uso adecuado de los recursos con los cuales la Institución cuenta, permite mayor eficiencia, que se transforma en clientes satisfechos y en un número creciente.
Desde el año 1994, instituciones de la Iglesia católica iniciaron programas de crédito en Guatemala, con la asesoría técnica y financiamiento de Catholic Relief Services, CRS, como parte de otros proyectos de desarrollo en comunidades del área rural de Guatemala, financiado por USAID y CRS. En el año 2000 CRS, como parte de la estrategia de sostenibilidad para estos proyectos de crédito, planteó a estas instituciones una iniciativa para fusionarse en una Institución de Micro finanzas, con la visión de:
-Especializar el servicio crediticio.
-Construir una entidad financieramente sostenible, bajo los principios de la economía solidaria de la Doctrina Social de la Iglesia Católica.
FONDESOL, originalmente, es el producto de la fusión de 4 programas de micro finanzas de la Iglesia Católica, quienes deciden fusionar sus programas de micro crédito y constituir una sola institución especializada en el desarrollo y promoción de las micro finanzas, especialmente en áreas rurales, los programas de micro finanzas que se fusionaron son: Diócesis de San Marcos, Arquidiócesis de los Altos, Diócesis de La Verapaz y Pastoral Social del Ixcan de la Diócesis del Quiché, se unen al esfuerzo otras dos instituciones, siendo éstas: Catholic Relief Services, de quien reciben el apoyo técnico; y se une de igual manera al esfuerzo, Caritas de Guatemala, quien acompaña en el proceso.
El 3 de junio del 2004, se inscribe en la Municipalidad de Guatemala y es registrada como una asociación civil. El 1 de febrero del 2005, se inician las operaciones conjuntas bajo el nombre de “Fondo para el Desarrollo Solidario” FONDESOL. Actualmente la Institución cuenta con una oficina central y 29 agencias distribuidas estratégicamente en el interior del país.
Informes de desarrollo humano posicionan a Guatemala entre los países latinoamericanos con los índices más bajos de desarrollo humano. Esta situación crónica de pobreza se ve reflejada en los altos niveles de analfabetismo, mortalidad materno-infantil, desnutrición crónica, falta de empleo, etc. Este círculo de pobreza no permite que las familias rurales pobres y especialmente las mujeres, puedan alcanzar un desarrollo económico y social digno.
Sobre la base de lo anterior, FONDESOL busca atender el problema estructural de pobreza de Guatemala, en cuanto al limitado acceso a los servicios financieros. Este problema se marca aún más en el área rural pobre, por lo general indígenas, especialmente mujeres.
Margarito Ramos Tavico, un hombre de 64 años de edad, originario de Aldea Panajxit 3ero., del municipio de Santa Cruz del Quiché, a más de 160 kilómetros de la ciudad, se dedica a la confección de cortes típicos desde hace mucho tiempo, sin embargo, aunque el mercado para sus productos es bueno en la región, hasta antes de utilizar los servicios de FONDESOL.
Doña Margarita Tubac Chonay, es una mujer maya-kaqchikel, originaria de la aldea Chipatá, Municipio de Santa Apolonia del Departamento de Chimaltenango. Debido a la pobreza de sus padres, no tuvo oportunidad de estudiar, pero su deseo de superación la motivó a asistir a clases de alfabetización, con lo que ha aprendido lo básico de la lectura y escritura.
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